Taylor Swift lleva la suerte al Super Bowl y roba los reflectores.

En los últimos años, el nombre de Taylor Swift se ha convertido en sinónimo de éxito, y ahora parece que ha llevado esa suerte a sus seres queridos, comenzando por su novio Travis Kelce, quien junto a su equipo, los Jefes de Kansas, se coronaron como los ganadores de la edición LVIII del Super Bowl. Swift, su amuleto de la buena suerte, estuvo en primera fila para presenciar la victoria.

 

Como si fuera una boda, una vez que el marcador quedó definido y el trofeo fue entregado, todas las miradas se centraron en la llegada de Swift al campo. Acompañada de su suegra, esperó pacientemente y sonriente mientras su galán levantaba el galardón con euforia. Cuando finalmente se encontraron, Swift no se desprendió del brazo de Kelce, compartiendo un par de besos de victoria entre la multitud.

 

Gracias a la presencia de Swift, esta edición del Super Bowl se convirtió en una de las más esperadas por la industria del entretenimiento. Aunque el espectáculo de medio tiempo estuvo a cargo de Usher, todas las cámaras estaban enfocadas en Swift, quien apoyó a su pareja en su camino hacia la victoria final, robando cámara en cada uno de los juegos.

 

La 14 veces ganadora del Grammy lució un conjunto negro con detalles de diamantes y una chamarra deportiva con el logo de los Jefes y el número 60. Además, agregó detalles dedicados a su novio, como un collar con el número 87 y un bolso en forma de balón de fútbol americano con diamantes, ambos con el número de Kelce.

 

Swift llegó en un jet privado desde Japón, donde presentó shows de su The Eras Tour, justo a tiempo para apoyar a su amado. Durante el juego, los fanáticos organizaron diversas actividades en honor a Swift, desde cantar su tema «Love Story» hasta compartir diseños de playeras y memes.

 

El espectáculo de medio tiempo estuvo a cargo de Usher, quien contó con varias sorpresas, incluyendo la participación de Alicia Keys, H.E.R., Lil Jon y Ludacris. A pesar de las grandes celebridades invitadas y el alto nivel de producción, Usher recibió críticas en redes sociales por no cumplir las expectativas de algunos espectadores.

 

Después del show de medio tiempo, la atención volvió a Swift, quien disfrutó del juego junto a sus amigos y fue captada por las cámaras mientras se emocionaba con los touchdowns de los Jefes. En resumen, Taylor Swift llevó su encanto al Super Bowl y se convirtió en el centro de atención tanto dentro como fuera del campo.