¡Que manchados! Usan la canción de “baby shark” como método de tortura en cárcel de Oklahoma.
Estos actos fueron catalogados como actos de tortura. Daniel Hedrick, Joseph Mitchell y John Basco demandaron a los comisarios del condado, al jefe de policía Tommie Johnson III, al fideicomiso de la cárcel y a dos antiguos custodios.
Durante la investigación se determinó que al menos cuatro presos fueron sujetados a una pared, con las manos esposadas mientras la canción “Baby Shark” sonaba una y otra vez a un volumen alto durante más de dos horas.
Como resultado de esta investigación y demanda fue que dos ex empleados de la prisión, Gregory Cornell Butler Jr. y Christian Charles Miles, los dos de 21 años de edad, y su supervisor, Christopher Raymond Hendershott, de 50 años, fueron acusados de delitos menores por eventos de crueldad hacia un preso y de conspiración.
Pero sorpresivamente, este no ha sido el primer caso en la que se usa esta canción infantil para torturar o para algún fin negativo ya que en West Palm Beach, Florida reprodujeron la canción a alto volumen a las afueras de un centro de eventos para evitar que los vagabundos pasaran ahí la noche.